Generar y controlar el nivel de dióxido de carbono (CO2) en un cultivo interior es crucial para el crecimiento saludable de las plantas. Normalmente se utilizan extractores para renovar el aire, que aparte de sacar el calor del cultivo, permiten la entrada de aire con la concentración de dióxido de carbono habitual en la atmósfera actual (425 ppm).
El principal inconveniente de este sistema es que va en contra de la climatización mediante aire acondicionado: mientras estamos intentando enfriar la sala, sacamos el aire al exterior, por lo que reducir la temperatura se convierte en un proceso muy poco eficiente desde un punto de vista energético. Por eso, hay una opción más profesional, la de generar el CO2 dentro de la sala de cultivo.
Además de aumentar el rendimiento de nuestras plantas, las concentraciones de CO2 superiores a la atmosférica parecen reducir el ataque de las plagas (según nuestra experiencia personal).
☁️ Generación de CO2
En cualquier caso, vamos a explicar las distintas opciones disponibles a la hora de generar el dióxido de carbono, y cómo controlar sus niveles en la sala de cultivo.
Combustión de gas
Se basa en utilizar generadores de CO2 que funcionan mediante la combustión de gas propano, habitualmente llamados quemadores. En función de las dimensiones de la sala, se necesitan más o menos quemadores para cubrir las necesidades del cultivo.
La ventaja de este método es que las bombonas de gas propano se pueden conseguir fácilmente en las gasolineras y demás puntos de distribución, llevando una bomba vacía (incluso si es de butano te la cambian)
El principal inconveniente de este método es la generación de humedad. La combustión de hidrocarburos, además de generar CO2, también produce vapor de agua. Este exceso de humedad deberá ser compensado con la instalación de un deshumidificador de capacidad similar, para evitar el riesgo de aparición de hongos.
Bombonas de CO2
Utilizar tanques de CO2 para suministrar directamente gas carbónico al área de cultivo requiere el uso de una electroválvula que abra y cierre el paso del gas.
La ventaja del uso de bombonas es que no producen una humedad extra como los quemadores, y por eso nos ahorramos el uso de un deshumidificador añadido. Como contrapartida, son más difíciles de conseguir, y normalmente se debe pagar el envase por adelantado, además de la recarga del gas.
Fermentación
Implementar un sistema de fermentación utilizando levaduras y azúcares para producir anhídrido carbónico de forma natural es una opción a nivel casero, pero nada profesional. Es muy difícil predecir el volumen de CO2 generado y restringir el proceso durante las horas en que los focos están apagados.
Uno de los sistemas más conocidos es el CO2 Boost, pero en nuestra opinión, no suele dar buenos resultados…
🎛️ Control de CO2
Ahora que ya hemos explicado las distintas maneras de producirlo, veamos cómo regular los niveles en el aire.
Monitorización
Instalar un medidor contínuo de CO2 para medir los niveles en el aire es una opción, pero tendrás que encender y apagar el sistema de generación manualmente: poco recomendable!
Temporización
Programar la liberación de CO2 para que coincida con las horas en que las plantas están fotosintetizando activamente (durante las horas de luz). Puedes usar programadores, pero no sabrás la concentración de CO2 que hay en el aire…tampoco nos gusta!
Controladores automáticos
Si quieres hacerlo bien, utiliza controladores automáticos de CO2 que se ajusten según las lecturas del monitor. Esos controladores te permiten ajustar las ppm, además de suponer de una fotocélula que corta el suministro durante las horas de oscuridad.
📊 ¿Cuánto CO2 podemos dar a nuestras plantas?
Pues bien, lo suyo es empezar con unas 600 ppm durante el trasplante e ir aumentando 100 ppm cada semana, hasta la fase de lavado de raíces. En esta etapa final del cultivo es mejor tener una concentración similar a la atmosférica para favorecer la maduración de los cogollos y evitar que queden “fofos”.
En cualquier caso, recomendamos no superar las 2.000 ppm, ya que puede suponer cierto riesgo para la salud de las personas, o como mínimo causarte dolor de cabeza!
Aparte de esto, es crucial aumentar la temperatura en el cultivo para asegurar un buen rendimiento. Ajusta los controladores de temperatura para que la sala se quede a unos 28 grados cuando los focos están en marcha…fliparas con el resultado!
Y un último truquito…mete un ventilador delante de la fuente de CO2 para evitar la formación de bolsas de aire con alta concentración. Queremos que el gas llegue por igual a todas las plantas, manteniendo un desarrollo uniforme.`
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